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Poveglia entre historia y leyendas

Hablamos de una isla que actualmente se encuentra en un estado de total abandono pero que tuvo un pasado glorioso, desarrollando un papel importante en la historia de la república veneciana. Poveglia se encuentra en el sur de la Laguna de Venecia y está dividida en dos partes por el Canal Orfano. Su nombre deriva del latín Popilia, tal vez debido a la rica vegetación de álamos (populus en latín) que la ricubría en la edad antigua. Durante el siglo VI fue poblada por los habitantes de Padua y de Este que huyeron allí para escapar de la invasión longobarda. Desde entonces, el crecimiento de Poveglia fue constante, y su importancia tan grande que el doge de Venecia le concedió varios privilegios, como la exención fiscal, y la del remar en las galeas.

Vista de la isla.
Vista de la isla.

La decadencia de la isla coincidió con la Guerra de Chioggia, que entre el 1378 y el 1381 vió contrapuestas dos de las repúblicas marineras de aquella época: Génova y Venecia. Después de tres años de combates, los Venecianos lograron la victoria, pero padecieron muchas perdidas y daños: Poveglia, cuya población había sido completamente evacuada por orden de Venecia, fue ocupada por el almirante genovese Pietro Doria, que desde aquí bombardeó el monasterio de Santo Spirito. Al final de la guerra la isla quedó totalmente destruida y desde entonces no volvió nunca más a ser la misma. tNs02Tm

Los pocos habitantes supervivientes se dedicaron sobre todo a la actividad pesquera y constituieron una propia confradía. La Serenissima (nombre de la República de Venezia) intentó recuperarla, ofreciendola también a la Orden de la Camáldula, que pero rechazó, así que por un periodo la isla fue utilizada como varadero y lugar de almacenamiento de aparejos navales. Entre el siglo XVII y el siglo XVIII, empezó a ser utilizada con finalidades medico-sanitarias, convirtiendose incluso en un lazareto. En el 1793 y en el 1798 albergó las tripulaciones de dos barcos enfermas de peste y durante todo el siglo XIX fue una estación de cuarantena marítima. En el siglo XX, hasta el segundo posguerra en la isla fue creado un hospital psiquiátrico donde, a cuanto refieren las leyendas, el sadico director experimentó nuevas técnicas de cura en los pacientes, torturandolos con lobotomías y trepanaciones, hasta morir él mismo en circustancias misteriosas.

Interior del hospital psiquiatrico.
Interior del hospital psiquiatrico.

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Y esa no es la única leyenda sobre Poveglia. Su uso como lazareto ha impactado mucho la imaginación popular, que  cuenta de fantasmas de marineros muertos de peste así como de gente quemada viva en piras crematorias durante las epidemias. Poveglia es considerada por algunos una “isla maldita”, donde por la noche se escucharían los lamentos de los pacientes muertos en el hospital. La cosa más curiosa es que casi no hay rastro de estas historias buscando información en italiano, pero sí que hay muchas buscando en otros idiomas, sobre todo en inglés y español. Poveglia es apodada “ghost island” o “isla de los muertos” y se dice que en su suelo y en las aguas circunstantes queden todavía miles de huesos humanos. Lo que es cierto es que el ayuntamiento de Venezia está intentando recuperar la isla en diferents maneras, sin haberlo aún conseguido.

Spinalonga

La Isla de Spinalonga, en Grecia, originariamente formaba parte de Creta, hasta que, durante la colonización veneciana, en el siglo XVI,  fue separada de la costa.

Panorama de Spinalonga
Panorama de Spinalonga

La denominación de la isla en griego es Καλυδών (Kalydon), el nombre de Spinalonga se debe a los venecianos que entendieron mal la expresión griega στην Ελούντα (stin Elounta) usada para definir el lugar, convirtiendolo en Spinalonga (spina= espina y longa= larga en italiano de aquella época), mismo nombre de una isla cercana a Venecia (actualmente llamada Giudecca). La isla fue fortificada por los venecianos, que construyeron plazas fuertes en los lados norte y sur de la isla y en su parte más alta, sobre las ruinas de una antigua acrópolis. Gracias a estas obras militares, Spinalonga fue por mucho tiempo una fortaleza marina inexpugnable y una de las más importantes de todo el Mediterráneo.

Una parte de la fortaleza veneciana
Una parte de la fortaleza veneciana
Bastión de la fortaleza
Bastión de la fortaleza

El dominio veneciano perduró hasta el 1715, cuando Spinalonga fue el último baluarte a caer bajo el poder otomano. Los últimos habitantes turcos dejaron la isla en el 1903, fecha que representa el comienzo del periodo más triste para Spinalonga, su destino como leprosario.

Inicialmente llegaron aquí solo los enfermos de Creta, pero en los años siguentes fueron deportados a Spinalonga los leprosos de toda la Grecia. A pesar de la amarga situación de aislamiento en la cual los enfermos estaban obligados a vivir, a lo largo de los años las condiciones de vida en el leprosario, que se quedó activo hasta el 1957, mejoraron. En la isla fueron construidas estructuras sanitarias como dispensarios y, además, un hospital donde se ingresaban los enfermos más graves y donde cada semana un médico visitaba toda la población. Pero las mejoras no interesaron solo el aspecto estrictamente sanitario, si no también la vida social de los habitantes de Spinalonga, que dieron origen a una auténtica comunidad, desarrollando una vida el más posible similar a la normalidad: en la isla había un cine, una iglesia, incluso una escuela donde se enseñaba a los niños que a veces llegaban allí con las madres. El gobierno griego daba dinero a cada uno de los habitantes que podían así utilizarlo durante el mercado diario que se tenía en el muelle. Para muchos años, de hecho, la economía de los pueblos cercanos a Spinalonga se rigió gracias al leprosario.

Ruinas de una casa
Ruinas de una casa
Restos del leprosario
Restos del leprosario

Cuando, a mitad del Noveciento, el médico venezolano Jacinto Convit descubrió una vacuna contra la lepra, los leprosarios fueron gradualmente cerrados, incluido el de Spinalonga, que fue una de las últimas colonias funcionantes en Europa. El último habitante a dejar la isla fue un sacerdote en el 1962, para respectar la tradición de la iglesia ortodoxa griega, según la cual se debe recordar el funeral de una persona después de cinco años. Considerando que en el 1957 hubo el cierre del leprocomio, el sacerdote cumplió perfectamente su objetivo. Este año, la región de Creta ha presentado solicitud a la UNESCO para que Spinalonga sea declarada Patrimonio de la Humanidad.